10 CONSEJOS PARA MILITANTES DE IZQUIERDA
Por: Frei
Betto*
1.Mantenga viva la indignación. Verifique periódicamente si usted es realmente de izquierda. Adopte el criterio de Norberto Bobbio: la derecha considera la desigualdad social tan natural como la diferencia entre el día y la noche. La izquierda lo enfrenta como una aberración que debe ser erradicada. Cuidado: usted puede estar contaminado por el virus social-demócrata, cuyos principales síntomas son usar métodos de derecha para obtener conquistas de izquierda y en caso de conflicto, desagradar a los pequeños para no quedar mal con los grandes.
1.Mantenga viva la indignación. Verifique periódicamente si usted es realmente de izquierda. Adopte el criterio de Norberto Bobbio: la derecha considera la desigualdad social tan natural como la diferencia entre el día y la noche. La izquierda lo enfrenta como una aberración que debe ser erradicada. Cuidado: usted puede estar contaminado por el virus social-demócrata, cuyos principales síntomas son usar métodos de derecha para obtener conquistas de izquierda y en caso de conflicto, desagradar a los pequeños para no quedar mal con los grandes.
2.
La cabeza piensa donde los pies
pisan.
No se puede ser
de izquierda sin "ensuciar" los zapatos allá donde el pueblo vive, lucha, sufre.
Alégrate y comparte sus creencias y victorias. Teoría sin práctica es hacer el
juego a la derecha.
3.
No se avergüence de creer en el
socialismo.
El escándalo de
la Inquisición no hizo que los cristianos abandonaran los valores y las
propuestas del Evangelio. Del mismo modo, el fracaso del socialismo en el este
europeo no debe inducirlo a descartar el socialismo del horizonte de la historia
humana. El capitalismo vigente hace 200 años fracasó para la mayoría de la
población mundial. Hoy somos 6 billones de habitantes. Según el Banco Mundial,
2,8 billones sobreviven con menos de 2 dólares por día y 1,2 billones, con menos
de 1 dólar por día. La globalización de la miseria no es mayor gracias al
socialismo chino que, a pesar de sus errores, asegura alimentación, salud y
educación a 1,2 billones de personas.
4.
Sea crítico sin perder la
autocrítica.
Muchos militantes
de izquierda cambian de lado cuando comienzan a buscar piojo en cabeza de
alfiler. Apartados del poder, se tornan amargos y acusan a sus compañeros(as) de
errores y vacilaciones. Como dice Jesús, vemos el polvo en el ojo del otro, pero
no la viga en el propio ojo. Tampoco se enganchan para mejorar las cosas. Quedan
como simples espectadores y jueces y algunos, son captados por el sistema. La
autocrítica no es sólo admitir los propios errores. Es admitir ser criticado por
los(as) compañeros(as).
5.
Sepa la diferencia entre Militante
y Militonto. "Militonto" es aquel que se jacta de
estar en todo, participar en todos los eventos y movimientos, actuar en todos
los frentes. Su lenguaje está lleno de explicaciones y los efectos de sus
acciones son superficiales. El Militante profundiza sus vínculos con el pueblo,
estudia, reflexiona, medita; valora de forma determinada su área de actuación y
actividades, valoriza los vínculos orgánicos y los proyectos
comunitarios.
6.
Sea riguroso en la ética de la
militancia. La
izquierda actúa por principios. La derecha, por intereses. Un militante de
izquierda puede perder todo, la libertad, el empleo, la vida. Menos la moral. Al
desmoralizarse, desmoraliza la causa que defiende y representa. Le presta un
inestimable servicio a la derecha. Hay arribistas disfrazados de militante de
izquierda. Es el sujeto que se engancha apuntando, en primer lugar a su ascenso
al poder. En nombre de una causa colectiva, busca primero sus intereses
personales. El verdadero militante - como Jesús, Gandhi, Che Guevara - es un
servidor, dispuesto a dar la propia vida para que otros tengan vida. No se
siente humillado por no estar en el poder, u orgulloso al estar. Él no se
confunde con la función que ocupa.
7. Aliméntese de la tradición de la
izquierda. Es preciso la oración para cultivar
la fe, el cariño para nutrir el amor de la pareja, "volver a las fuentes" para
mantener encendida la mística de la militancia. Conozca la historia de la
izquierda, lea autobiografías, como el "Diario del Che en Bolivia" y romances
como " La Madre", de Gorki, o "Las uvas de la Ira", de
Steinbeck.
8.
Prefiera el riesgo de errar con
los pobres a tener la pretensión
de acertar sin ellos. Convivir con los pobres no es fácil.
Primero, hay la tendencia de idealizarlos. Después, se descubre que entre ellos
existen los mismos vicios encontrados en las demás clases sociales. Ellos no son
mejores ni peores que los demás seres humanos. La diferencia es que son pobres,
o sea, personas privadas injusta e involuntariamente de los bienes esenciales de
la vida digna. Por eso, estamos al lado de ellos. Por una cuestión de justicia.
Un militante de izquierda jamás negocia los derechos de los pobres y sabe
aprender con ellos.
9.
Defienda siempre al oprimido,
aunque aparentemente ellos no tengan razón.
Son tantos los
sufrimientos de los pobres del mundo que no se puede esperar de ellos actitudes
que tampoco aparecen en la vida de aquellos que tuvieron una educación refinada.
En todos los sectores de la sociedad hay corruptos y bandidos. La diferencia es
que, en la élite, la corrupción se hace con la protección de la ley y los
bandidos son defendidos por mecanismos económicos sofisticados, que permiten que
un especulador lleve una nación entera a la penuria. La vida es el don mayor de
Dios. La existencia de la pobreza clama a los cielos. No espere jamás ser
comprendido por quien favorece la opresión de los
pobres.
10.
Haga de la oración un antídoto
contra la alienación. Orar es dejarse cuestionar por el
Espíritu de Dios. Muchas veces dejamos de rezar para no oír el llamado divino
que nos exige nuestra conversión, esto es, el cambio del rumbo en la vida.
Hablamos como militantes y vivimos como burgueses, acomodados en una cómoda
posición de jueces de quien lucha. Orar es permitir que Dios subvierta nuestra
existencia, enseñándonos a amar así como Jesús amaba,
libremente.
*Teólogo
de la liberación, brasilero
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