domingo, 8 de julio de 2012

Los muchachos y la militancia (PARTE 1)


Es sabido la carga explosiva inherente a la juventud, por ello su arrojo, su ímpetu, pero bien como se dirige ese ímpetu, esa voluntad, esas ganas de transformar puede esto acaso apagarse, ¿Cómo puede ser maniatado este potencial? ¿Hacia dónde deben estar dirigidos nuestros esfuerzos en tal sentido? Son éstas las interrogantes que debemos plantearnos a la hora de formar nuestra militancia, el relevo está en la juventud. Siempre se nos ha dibujado una figura irreal de la juventud por los grandes medios de distorsión masiva, se nos pinta al joven inocente, inmaduro, jocoso, un tanto irresponsable; de hecho éstas son la características que refuerza la ideología burguesa a través de la radio, televisión y de todos los medios que tiene a disposición para maniatar todo el potencial humano capaz de llevar a cabo un gran proyecto de liberación, logrado así la redención de los históricamente oprimidos. De esta forma la sociedad burguesa le tiene negado a la juventud su militancia en asuntos realmente importantes, como la transformación de la sociedad, la emancipación del continente o la salvación de la especie humana. La burguesía ha dicho a los jóvenes que la militancia política es en última instancia para los ya no tan jóvenes, y además, ha convertido ante los ojos de los jóvenes a la MILITANCIA POLÍTICA en una cuestión opaca, gris y poco llamativa a través de la educación.


 
 Centro de Diagnóstico Integral "TRINO MELEAN"
Acarigua - Portuguesa. 29 de junio, 2012.

“Los pedagogos hablan de educar cívicamente a la juventud, el respeto a la propiedad privada y el régimen político existente, el chovinismo (“el patriotismo”, como dicen ellos). Y el desprecio y EGOÍSMO NACIONAL contra otras naciones. Es el veneno de la concepción burguesa del mundo y de la moral burguesa. Incapacita a la juventud.” (1). Y a coro como si eso fuera poco, los partidos burgueses gritan: “Eres joven, no ocupes con política ni que te manipule – No dejes que te manipule otro, sólo yo y mi partido burgués” (2).


Así la burguesía ha enfocado todas sus fuerzas en esta dirección es esta la dirección que el sistema burgués le da a nuestra gloriosa juventud sesgando la revolución de la asidua participación de esa gran fuera capaz de recoger las banderas y llevarlas al pináculo de la emancipación. En tal sentido y en contra posición a estos designios burgueses planteaba José Martí “Recogerá hombres quien siembre escuelas”, ahora bien que tipo de escuela necesitamos para cosechar militantes, por supuesto que estas escuelas han de ser escuelas revolucionarias alejadas del estereotipo burgués de la educación formal, es así como hace menos de una década en la casa de un viejo comunista se forma la escuela itinerante de formación de cuadros Simón Rodríguez, de donde emergió un movimiento juvenil que llevaba por nombre el de nuestro prócer José Félix Ribas. Pues al principio fue fuerte jóvenes iban y venían, unos abandonaban otros se incorporaban, en esta peculiar escuela se combinaban las vivencias de unas relaciones interpersonales, con las brechas y desigualdades de la vida practica de la sociedad burguesa, se empezaba a abrir nuevas puertas en la vida de aquellos jóvenes que religiosamente se congregaban en la residencia de aquel viejo revolucionario y algo inusual sobre todo en una sociedad como la nuestra impregnada de toda la maleza burguesa.

 

Los móviles de esa incipiente militancia eran diversos, desde los reivindicativos hasta los futuristas, todos aquellos jóvenes tenían un gran reto por delante era trascender la espontaneidad con que se arrojaban a la lucha y hacer de este móvil de la espontaneidad una lucha conciente, elevarse a una verdadera militancia política revolucionaria. El reto era inmenso se puede decir que descomunal, tan es así que se puede decir que si algún suceso llegase a manchar la conducta revolucionaria de aquel viejo comunista jamás podríamos dejar de reconocer dos cosas fundamentales una la gran paciencia que trato de trasmitirnos no se hasta que punto infructuosamente pero si con mucho hincapié, la otra el gran tiempo que nos ahorro al develarnos cosas que sin su ayuda hubiésemos tardado mucho más en descubrirlas. De esta manera arrancaba una carrera en la comprensión de aquellos jóvenes, elevando paulatinamente sus niveles políticos haciendo mano de todas las herramientas, teóricas, practicas y cierta tutoría de aquel singular patrocinador, fuimos dando los primeros pasos, enrumbándonos a nuestra militancia revolucionaria, es así como fueron surgiendo nuestras primeras convicciones fundamentadas en fuertes ideales antiimperialistas y doctrinarios hasta llegar a militar con las ideas del Marxismo-Leninismo.


Son muchas las anécdotas de este trasegar político, estas ideas fueron encubando en nuestro pensamiento político sin ser identificadas con ninguna filiación política, es recordada por todos los jóvenes de aquella escuela la tarde en al cruzar de una esquina un joven le pregunto al viejo camarada que a que filiación política se debían, este con una expresión de asombro contesto firmemente. Nuestra filiación política es la de los comunistas, somos comunistas, Rápidamente como un rayo surgió otra pregunta ¿Qué visión tenemos nosotros los comunistas sobre la tecnología? Por lo que recibió como respuesta lo siguiente. Para nosotros la tecnología es vital pero eso si al servicio de las mayorías.

Puntos en discusión: El poder popular, 
la salud en el estado comunal y la función de los 
médicos y médicas integrales en el proceso revolucionario.

Sin lugar a dudas, eran los primeros frutos de aquella escuela que comenzaban a germinar en unos de esos jóvenes que pulularon por la escuela que señaló Martí, así se fue templando un acero con una militancia que hoy se mantiene y que ante el pueblo ha jurado vencer y de seguro venceremos.

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