viernes, 7 de septiembre de 2012

Los rostros de una revolución moderna

Jueves, 06 de Septiembre de 2012 / 10:09 h
Texto y fotografía: Rodrigo Sura
Redacción Diario Co Latino

Vista panorámica del Complejo Habitacional Simón Bolívar, en el Estado Portuguesa.

El consultorio está vacío. De repente, un niño con un golpe en la cabeza, otro con síntomas de fiebre y un sonriente señor en silla de ruedas hacen que la doctora se divida en tres. Beczabet Peña es la médica de turno del área de emergencias del hospital Agua Blanca, en el Estado de Portuguesa, en Venezuela; su amabilidad sorprende al punto que interrumpe por un momento la consulta y, luego de brindar una sonrisa, sus primeras palabras son: “Me siento muy orgullosa de ser parte de la primera promoción de graduados en medicina comunitaria, es gratificante poder estar donde la gente lo necesita”, comenta la doctora mientras la entrevista se hace corta y los pacientes se acumulan en la puerta.

Beczabet luce una cadena con una plaquita en la que se lee su nombre y lo muestra sutilmente para que no quede duda de cómo se escribe; mientras, la placa de rayos X revela que el golpe en la cabeza del niño no es tan grave.

El hospital fue inaugurado en diciembre de 2011 y es parte de los proyectos implantados por el Ministerio del Poder Popular para la Salud. Cuenta con seis médicos internos, 20 especialistas y cinco residentes, algunos de ellos extranjeros, entre cubanos y hondureños, además del personal administrativo.

Luego de 13 años de un proceso político, que incluye un golpe de Estado, Venezuela ha pasado de ser durante muchos años un país conocido y deseado estratégicamente por su petróleo, a romper los esquemas y ubicarse como referente actual de buena parte de la izquierda latinoamericana; además de haberse convertido en una piedra en el zapato para la derecha extrema local y los intereses estadounidenses.

Proyectos sociales de gran escala, alianzas con países emergentes y el innegable liderazgo del presidente, Hugo Chávez, hacen que el país sea visto con interés y admiración.

Uno de los grandes proyectos del gobierno bolivariano que puede observarse fácilmente es la Misión Vivienda, en su mayoría edificios de apartamentos, el cual, entre 2011 y lo que va del presente año, ha entregado poco más de 200 mil viviendas a familias de escasos recursos económicos o que hayan sido damnificados por algún tipo de desastre natural. En el Estado de Portuguesa se ubica uno de los complejos habitacionales más recientes. Se trata del complejo Simón Bolívar, en el cual residen unas 2 mil 400 familias.

A la mayoría de los que residen en este complejo el gobierno les ha facilitado la vivienda sin ningún costo, los beneficiados solamente deben asumir los pagos de servicios: agua, energía eléctrica, gas o teléfono. “Sin duda este es un patrimonio de la revolución” comenta Alfredo Cedeño, habitante del complejo.

Otro de los proyectos alternativos en esta zona es un complejo agroindustrial desarrollado con semilleros o casas de cultivos, el cual consiste en sembradíos de frutas y verduras en invernaderos, utilizando la menor cantidad de fertilizantes, para luego ser comercializadas en mercados populares. Los habitantes se encargan de la producción y un representante del gobierno coordina la distribución y los puntos de venta.

Entre el Estado de Portuguesa y Caracas, la capital, hay unos 450 kilómetros, y pese a haber un ambiente preelectoral, por las elecciones presidenciales del próximo 7 de octubre, las calles no suelen estar tapizadas de propaganda; bastará con algún mural o vallas que se pierden entre los enormes edificios o el tráfico que es intenso a toda hora. Por las calles del centro de Caracas se aprecian estampas en la que Chávez parece ser una marca aún sin registrar: afiches, camisetas, gorros; incluso, hasta juguetes alusivos al mandatario son parte de los artículos que se pueden adquirir y dan muestra del apoyo a la gestión.

Los proyectos observados coinciden en el marco del intercambio político-cultural del primer encuentro de jóvenes latinoamericanos en apoyo a la revolución bolivariana, muchos comentan admirados las obras en beneficio a la población y se preguntan cómo poder difundir este proceso político en cada uno de sus países.

“Sin Chávez esto no sería posible. Con Chávez hasta que el mar se seque” vocifera a un grupo de jóvenes una robusta morena durante la visita a los proyectos.

“Chávez despertó la conciencia del pueblo”, reflexiona William Barrios, un taxista de unos 60 años, mientras limpia el vehículo en espera de clientela en el centro de Caracas. Sin duda Venezuela vive una revolución a su manera, en la que el discurso se ha llevado a la práctica incluso para acallar a los detractores, mientras la revolución socialista y moderna se asienta cada día, indetenible.

No hay comentarios:

Publicar un comentario