¡Joven, Empínate!
"La
juventud ha de ir a lo que nace, a crear, a levantar a los
pueblos vírgenes, y no estarse pegada a las faldas de la ciudad
como niñotes que no quieren dejarle a la madre el seno." José Martí.
pueblos vírgenes, y no estarse pegada a las faldas de la ciudad
como niñotes que no quieren dejarle a la madre el seno." José Martí.
“Yo creo que José
Martí cuando dijo: «En política lo real es lo que no se ve», se refería a la
política burguesa”. Así acotaba el comandante presidente HUGO CHAVEZ; este
comentario en el programa del conocido periodista José Vicente Rangel,
televisado el domingo 30 de septiembre del año en curso. Pues de esta forma
abría el comandante presidente, una opinión que sustenta que la burguesía
siempre trata de ocultar sus planes como lógica perfecta y entendible, debido a
que sus planes entrañan intereses diametralmente opuestos a los de nuestro
pueblo. Simplemente es la burguesía enemiga histórica de la clase obrera. Tal
como lo expresa el MANIFIESTO COMUNISTA en su acápite Burgueses y Proletarios.
“opresores y oprimidos se enfrentaron siempre, mantuvieron una lucha constante,
velada unas veces y otras franca y abierta”.
Por eso el
capitalismo se nos presenta como el reino de la anarquía, hace de ésta un velo
que oculta su rostro, procreándola, diseminándola y la hecha afuera conservando
para sí una estricta organización, haciéndola prácticamente imperceptible, así
en el orbe de la anarquía, de la confusión, lo organizado triunfa. En términos
más concretos el pueblo que es refranero ya nos lo viene diciendo: “En el mundo
de los ciegos el tuerto es el Rey”.
De allí la
necesidad impostergable para los revolucionarios de asumir, la organización y
su máxima expresión que es el partido como instrumento de vanguardia. Por eso, cada
uno de nuestros militantes debe ser un vigilante del sentido, el rumbo, la
organización, la estructura y el contenido con que se maneja nuestro partido,
como centro regulador de la vida en sociedad, jerarquizando y regulando todas
las funciones del componente orgánico de nuestro pueblo. En tal sentido el
partido es el sistema nervioso de nuestra sociedad, encargado de conducir,
trazar la vía para la construcción del socialismo.
En el futuro
cercano la gran batalla de la revolución bolivariana, se librará dentro del
partido, por eso no es de extrañar los acercamientos que vienen dando algunos líderes
de la oposición, quienes llegan a nuestras filas a encontrarse con sus correligionarios,
para así luchar dentro del partido por afianzar su línea de pensamiento, dentro
de nuestras propias entrañas. Ante tal amenaza debemos evaluar nuestro partido
bajo los siguientes criterios: ¿Esta en capacidad nuestro partido de librar una
lucha tenaz contra el oportunismo, que se ha enquistado en sus filas? ¿Tiene
nuestro partido una doctrina sólida para la construcción del socialismo? ¿Podrá
nuestro partido combatir las líneas del pensamiento que se expresan en la doctrina
de la “democracia burguesa”? ¿Cuál debe ser la doctrina de nuestro partido? ¿Será
posible construir el socialismo con un partido policlasista?
Son éstas algunas
de las interrogantes que nos debemos hacer ante la conspiración burguesa en
nuestras filas. Es sabido que sin muchas de las premisas señaladas anteriormente
no lograremos la construcción del socialismo,
entendiendo que este no es producto de la voluntad de un hombre y las
masas medianamente organizadas, sino que hace falta convertir a nuestro partido
en un “Un partido combativo, un partido revolucionario, lo bastante intrépido
para conducir al proletariado a la lucha por el poder, lo bastante experto para
orientarse en las condiciones complejas de la situación revolucionaria y lo
bastante flexible para sortear todos y cada uno de los escollos que se
interponen en el camino hacia sus fines”. (1)
Ante este escenario
se hace necesario dar un salto cualitativo en términos doctrinarios, cerrar
filas en cuanto nuestros criterios sobre el partido y trascender la maquinaria
electoral, para convertir ésta en una gran maquinaria revolucionaria, que
practique el centralismo democrático, asumiéndose clasista, y eminentemente
marxista, sin al menos estas tres características no podremos enfrentar la
guerra que se nos plantea en términos políticos partidistas.
1. J. Stalin del folleto principios del
leninismo página 100.
Escribe: Eliezer Mora.
Equipo de Redacción: Ana
Miliani, Olga
Espinoza, Alexander Escobar, Willis Jiménez, Mónica Barahona, Jorge Bonilla,
Krisneydi Gordillo, Dulce Camacaro, Martin Giménez, Simón Bonilla, Segovia
Daniel, Edgar Castro, Miguel Balustren,
Miguel Gonzáles, Anyelo Cruces.
(Continuará)
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