viernes, 26 de octubre de 2012

¡COMUNA O NADA!

El Club de los Sin Camisa


“... trescientos años de calma, ¿no bastan?”
Simón Bolívar.  3 de Julio de 1811

Nelson Escobar
 
En una acto de gran significado donde la esperanza era la protagonista, los militantes del PSUV, organizados en consejos comunales y representados en los circuitos comunales como embrión del nuevo poder, daban una demostración de cómo vienen transitando la senda bolivariana hacia el poder revolucionario, con gran algarabía, haciendo alarde de una soltura de fresco viento, se deslizan por los escollos del poder estatal burgués, cuál soplo ruge en la cara del viejo estamento opresor, manejando las destrezas que caracterizan esas manos creadoras que posee nuestro pueblo,  sobre la base de esas dotes han empezado a llenar de legitimidad un nuevo poder, enraizado en la participación popular y las estructuras desarrolladas a partir de sus propios esfuerzos, construyendo la Venezuela Bolivariana y el socialismo.

En este escenario esos hijos del pueblo, que son maestros ambulantes nacidos de las entrañas de nuestro pueblo amado, se confundían con la masa organizada que todo lo puede, durante ese gran ejercicio diagnóstico, en el cual se median los niveles de organización que ha alcanzado nuestro pueblo; esta organización se da en el término de la comprensión del momento y la necesidad histórica, más que por un impulso cual deseo rompe las barreras de los sentimientos y deviene en vendaval, simulando la entrega de las masas a la lucha, “como una muchacha que se entrega al amor con el alma liberada”(1);  en un mero hecho de romanticismo. Esta actividad es la respuesta inherente a la madurez política que ha alcanzado nuestro pueblo, asumiendo que en el mundo son el poder opuesto a sus opresores, agrupados en la reacción burguesa. “Dos poderes hay sobre la tierra, la fuerza armada de la reacción y la masa desorganizada. Si ese poder lo organizamos, lo que es potencia deviene en acto, lo que es posibilidad en realidad, lo que es ley y necesidad deviene hecho contundente que barre todo lo que se cree firme. Nada hay sólido, todo es castillo de naipes, sino se sustenta en la masa y cuando esa masa habla todo se estremece, el orden comienza a temblar, las altas cumbres se agachan, las estrellas tienen otro rumbo, porque las masas hacen y pueden todo”. (2)

La historia de nuestra patria ha dado muchos giros y sobre ellos ha emprendido su desarrollo zigzagueante, los gobiernos dados a nuestra república venían signados por el sello feroz de clases, pero en sentido opuesto a nuestro pueblo es así como “los gobiernos pluripartidistas como los monopartidistas ejercidos a partir de 1941 han sido de similar composición social, con promedio de la burguesía, y como tales incapaces de traducir en beneficio del pueblo y la nación venezolana el contenido democrático de la Constitución, que le han servido de sustento jurídico y político”. (3)

Hoy nuestro pueblo ha comprendido a carta cabal esas lecciones de nuestra rica historia, movida por la lucha de clases, asimilando una a una todas las enseñanzas de la lucha política, éste es el más profundo arsenal con que cuenta la revolución bolivariana, un pueblo organizado que amenaza con convertirse en vanguardia a través de del ejercicio de la voluntad popular, desarrollando una organicidad  y preparando el terreno para el asalto al poder revolucionario, es esta la tarea más trascendental de nuestro partido y de los revolucionarios y revolucionarias luchar junto a nuestro pueblo a brazo partido para que esto suceda, constituyamos el nuevo poder, marchemos juntos hacia el poder revolucionario, las energías renovadoras de nuestro pueblo resplandecen derribado los muros al mismo tiempo que erigen el nuevo estado comunal.  

¡Comuna o Nada!

Notas:
  1. Alí Primera, canción Sombrero Azul.
  2. Federico Engels.
  3. Fabricio Ojeda, Hacia El Poder Revolucionario. Pág. 115

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